dimecres, 3 de novembre del 2010

Sempre la mirada

Para ver algo, el vidente tiene que estar a una distancia abierta frente a lo visible. Ese estar espacialmente separado y enfrentado sugiere un abismo entre sujetos y objectos que, a la postre, no solamente entra en consideración espacial sino ontológica; en cuya última consecuencia, se entienden los sujetos como observadores sin mundo que, respecto a un cosmos siempre apartado, sólo tienen una relación, en cierto modo exterior. Entonces, la subjetividad, en analogia con una preponderante divinidad teórica, seria contemplativa, de manera primaria, y activa, secundariamente.
En tanto el mundo del ojo es un mundo de la distancia, la subjetividad ocular va acompañada de una inclinación a interpretarse como una testificación global, a la postre no envolvente. El sujeto vidente está "al borde" del mundo, como un ojo sin cuerpo ni mundo ante un panorama.

Sloterdijk, Peter

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada


Martin Heidegger